No sé quién da el verso o quién lo quita. No sé si hay necesidad de un planteamiento poético del lenguaje, ni si hay necesidad de un planteamiento poético de la realidad. No sé si se ha renovado el gusto por la poesía. No sé si hay que reinventarla porque no encajamos en ningún verso. Pero de lo que sí estoy seguro es que la belleza está en poner palabras al drama de la vida y afrontarla a corazón abierto. Hay que inventar y construir mundos. Hay que escribir con sinceridad vital y poner al descubierto tanto la pasión como el dolor. Hay que lograr que los versos se peguen a la piel como el sudor en verano y la humedad en invierno.
Creo que asistimos a un nuevo tiempo para la poesía: el mundo de la poesía se rejuvenece como un género global, que deja de ser exclusivo y excluyente, para llegar a un público masivo y hasta romper clichés. La polivalencia y frescura de los jóvenes poetas, el respeto por los grandes autores y sus obras sin miedo a actualizarlos y la atracción por las nuevas tecnologías lo hacen posible. Y para muestra estos diez poetas, que pienso son lo más señero y singular de la poesía actual. Me alegra y estoy orgulloso de ser contemporáneo de ellas y ellos. En esta crisis, la poesía abre sus versos y grita el dolor del momento. La diversidad abre mercado en la poesía.
Concha García (Córdoba, 1956) es una poeta que siempre ha llamado mi atención, de hecho creo que es la más destacada poeta española en estos momentos, dentro y fuera de nuestras fronteras. Creo que sus versos son accesibles a todos y a todas, y que es capaz de trasmitir, y lo logra, ese pulso que mantiene con las palabras en el verso. No me cabe la menor duda de que, como poeta que es, sus versos engendran belleza, transpiran belleza. Y tal es así que sus poemas descubren la belleza de los momentos más oscuros, de más extrañamiento del ser humano. Utiliza como nadie el lenguaje poético para transgredir todo aquello que nos parece útil poniendo en duda todo lo habido y por haber. Para la poeta todo se puede y se debe poetizar. Ella así lo hace.

Kepa Murua (Zarauz, Guipúzcoa, 1962) es muy independiente, pero a la vez clásico y vanguardista, poeta lírico donde los haya y comprometido con la realidad circundante hasta la médula. Creo que es el poeta que utiliza mejor la poesía como camino y búsqueda del conocimiento, y con sus versos teje una red que atrapa al lector. Poemas llenos de gestos y guiños, que juegan con el lenguaje en un juego del escondite: mostrar y ocultar, sorprender, cuando con sus matices y tonos describe los sentimientos y vaivenes que produce el dolor, también el amor. Es, y no me cabe duda alguna, el poeta que con la soledad de la palabra justifica la existencia y la necesidad creativa, recuperando en sus poemas emociones sutiles, cotidianas y trascendentes.
Isabel Bono (Málaga, 1964) es la poeta más libre que conozco, escribe lo que quiere y como quiere; escribe de lo que conoce y de lo que le acontece, de lo que tiene más cerca, de lo pequeño, de lo humilde. Me recuerda mucho cuando la leo a la poesía escrita por Francisco de Asís. Creo que es una poeta dotada de una más que asombrosa capacidad de expresión. Supera a cualquier poeta en el manejo de la riqueza de imágenes que pueblan sus versos. Me parece la más irresistible poeta de su generación, en toda su plenitud creadora y en su ser auténtica. Todos sus poemas, prosas y aforismos están marcados por esa atmósfera de singular intensidad poética. Creo que es una poeta capital en estos momentos, fascinada por el asombro de vivir.

Enrique Falcón (Valencia, 1968) es un poeta señero en la poesía española contemporánea, comprometido con los temas sociales y de ahí su quehacer poético, su apuesta con y por la denuncia social, pero también con la búsqueda de la conciencia del ser y del estar, esa conciencia cívica o conciencia social y sensibilidad ecológica, pues buena falta nos hace. El poeta desde sus versos desafía lo establecido y genera con esto nuevas ideas y acciones. La regla está para transgredirla si esta no responde a una necesidad real, diríase. Su poesía es un tanto compleja, pero muy rica y sobre todo muy sugerente. Así pues, poemas de una calidad superior nos muestran el mundo que observa, el que nos toca sufrir, y que él también vive, con crisis y mucho dolor.
Gsús Bonilla (Don Benito, Badajoz, 1971) es el poeta del verso descarnado, ajeno a las modas, emotivo, sencillo, verdadero; que escribe de lo que bien conoce y transciende lo universal. Habla en sus versos de la miseria del ser humano y del bípedo implume que ostenta y se vanagloria de ser injusto ejerciendo el poder. Vanidad y prepotencia denunciadas por igual en unos poemas fantásticos, directos, que son cual latigazos en el cerebro. Creo que sus poemas nos pueden servir para reparar el equilibrio del mundo actual; ya que hacen de contrapeso de esas hostilidades y fuerzas opresivas que se generan por doquier. Es un poeta crítico lúcido, profundo, lleno de empatía. Y creo, como él, que la poesía tiene una gran fuerza y nos puede ayudar.
Elena Medel (Córdoba, 1985) es una poeta peculiar, que sabe jugar con en lenguaje y exprimir las palabras como pocos poetas desde el atrevimiento, la frescura y tal vez la insolencia de sus primeros versos hasta el desencanto que atenaza a su generación, a la nuestra también. Hoy el desencanto se ha hecho el dueño de la cocina. La poeta dibuja el fracaso como nadie, pero en esos trazos, versos y guiños, hay luz, hay vida, hay salida, hay encuentro girando alrededor de la siempre figura femenina. La poeta es mujer: bien lo sabemos sus lectores y sabemos de sus reivindicaciones. Creo que es una autora solitaria que asiste a la tragicomedia de la sociedad actual y desde sus poemas reclama honestidad y libertad. Es una poeta que ha encontrado su palabra.
Víctor Peña Dacosta (Plasencia, 1985) es un poeta que posee una gran voz poética, que escribe con contundencia y de la actualidad más inmediata, creo que es un autor que se maneja en la misma frecuencia que sus colegas, que huyen siempre hacia delante o hacia donde pueden, porque lo importante es salir de aquí, esa es su meta. Su poesía se nutre de lo que lee, oye y ve, para mostrar el rostro sincero de la fascinante actualidad: retratando las cosas bellas y no tan hermosas, pero sí significativas de esta sociedad un tanto torpe y malograda. Poeta que mezcla la fantasía y el deseo, también la razón, de una manera natural. El enigma del ser humano siempre está entre sus versos. Creo que ha nacido un nuevo poeta, culto y popular, ávido de exprimir la vida.

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