«Muéstrame un héroe y yo escribiré una tragedia» dicen dos personajes en capítulo 3 de esta producción deDavid Simon. Uno le pregunta si la frase es de él, le responde que es de Fitzgerald, aunque el interlocutor no parece identificar bien al autor de la cita.
Show Me a Hero es una miniserie creada por David Simon (Treme and The Wire) y dirigida por Paul Haggis (Crash) emitida por la HBO (Estados Unidos) y por Canal + Series (España).
El problema con los héroes es que apenas quedan. El héroe por excelencia, el militar, se ha difuminado con los pasos de los siglos, permanecen entre nosotros, con suerte, los superhéroes, pero solo están en nuestro mundo para luchar contra grandes villanos en el mundo de la fantasía, el escenario propio de los sueños, si es que nos queda alguno. Así que el título de la serie es algo contradictorio, porque en esta producción no hay héroes, tampoco villanos, tan solo personas.
Con un ritmo excesivamente lento para mi gusto,Simon, basándose en una novela de Lisa Belkin, nos muestra a lo largo de los seis capítulos que dura la obra, cinco años en la vida de los personajes, más o menos a año por capítulo (desde 1987 a 1992). Es, como suelen ser sus obras (las memorables The Wire oTreme), una obra coral, en donde, con tintes realistas, asistimos a lo que viven los personajes en su «camino» vital.
Así pues, nos mudamos a la ciudad de Yonkers —cerca de Nueva York— para asistir a los problemas suscitados por la orden judicial del juez Sand (Bob Balaban) para que la ciudad construya una serie de viviendas sociales. Los ecos de las «casas baratas» de The Wire resuenan por doquier, ya que asistimos de nuevo a la decadencia urbana, a los trapicheos, a los problemas de drogadicción en Schlobohm.
Sin embargo, la gran diferencia con respecto a la anterior producción, que mostraba diversos problemas sociales, es que todo lo mostrado sirve para reflexionar sobre el tema del racismo: «Nosotros no destrozábamos los apartamentos, éramos blancos», comenta un personaje en uno de los muchos momentos en los que se debate sobre un asunto que divide a la ciudad.
Así pues, encontramos, por un lado, los blancos que no quieren tener cerca de sus barrios residenciales viviendas sociales. Por otro, las personas que luchan por dar una vida mejor a sus hijos lejos de estereotipos y del crimen del que no forman parte, ciudadanos que intentan salir adelante, con esfuerzo, sacrificio y trabajo y que se ven repudiados en su propia ciudad.
La ciudad es el alcalde Nick Wasicsko (Oscar Isaac, el personaje principal), «el alcalde más joven de América», comenta él mismo en varias ocasiones, y el alcalde, poco a poco, se convierte en un adicto al cargo sin asumir las consecuencias de la fama y el poder, y es que tan pronto llega como puede irse.
Nick es un político que accede a la alcaldía casi por casualidad, debe lidiar con un asunto que ni siquiera depende de él. La paradoja de la serie radica en que una sentencia judicial (hay que construir las casas) se convierte en un tema político, así que, de nuevo, será imposible que haya héroes.
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