Chicago, la Chicago de la genial serie Boss, la ciudad de Chicago Code, siempre la corrupción. Y es que, al parecer es la ciudad más corrupta de EE.UU., seguida por Los Ángeles y Nueva York, así lo atestiguan algunos informes.
En cualquier caso, nada nuevo bajo el sol, bomberos, policías y personal médico trabajando conjuntamente para ofrecernos una serie de acción que no es más que una reescritura de otras producciones como Rescue me o Third Watch (Turno de guardia). Y es que la fórmula funciona, y si funciona, ¿para qué complicarte la vida?
La principal diferencia con respecto a otras series de similares características es que se da más protagonismo a los bomberos -héroes- que a los policías, que solo intervienen en una subtrama que da cierta coherencia a la serie. La trama más relevantes es que un policía corrupto acosa a uno de los tenientes de bomberos -interpretado por Jesse Spencer -Robert Chase en House- para que no declare contra su hijo, culpable en un accidente de tráfico. Hay otras, como un niño pirómano al que intentan ayudar, pero es menor alcance.
Los capítulos, en cualquier caso, funcionan perfectamente de modo independiente, es decir, por sí mismos sin requerir de un hilo conductor: incendios, ayudar al niño pirómano, accidentes...
También, claro está, tenemos un buen elenco de personajes atormentados, un teniente que se droga, un bombero desahuciado en busca del negocio de su vida, un bombero atormentado por dejar morir a una víctima de forma consciente, amoríos varios, ex parejas que retornan sobre escena...
Entretenimiento y acción, poco más.
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