Creo que lo pasamos muy bien, sobre todo por la buena mano y la excelente guía de Luisa Miñana, con quien conversé sobre las historias. También, cómo no, por el cariño en las palabras de mi editor, Vicente Zalaya.
Lo dicho, un placer. Gracias a todos los que lo hicisteis posible con vuestra asistencia.
Las fotos son, como es habitual, de mi padre Lamberto Lorente.
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