martes, 13 de mayo de 2014

EL PRÍNCIPE, LA SERIE

(Mediaset España, César Benítez y Aitor Gabilondo, 2014)

No suelo ver series españolas, y seguro que hago mal, o quizá no tanto, qué más da. Estos días me ha dado por seguir El Príncipe, y bueno, no está mal.
Me han gustado algunas cosas, como ver lo que se supone que es el CNI y ver a agentes de la inteligencia española en acción. La trama, más o menos bien llevada, pero... bueno, nada, que he llegado al capítulo 7. Es bastante, de El tiempo entre costuras solo pude ver un capítulo y pico, ¡qué trance!

No me han gustado nada algunas cosas. La primera, y menos importante, es la presencia del bar, y es que parece que no se puede hacer una serie española sin que pase un buen rato de la acción en los bares. Soy de bares, lo reconozco, pero tanto bar en las series no me acaba de convencer.

No me ha gustado lo largos que son los capítulos, más de 70 minutos, se hace largo, y es que lo más probable es que no hay historia para tanto, así que prefiero que me cuenten la historia de los terroristas islámicos, supongo que es el tema principal de la serie, a que me cuenten la historia de los terroristas, la historia del asesinato del hijo de Fran (José Coronado), la historia de los amoríos del agente del CNI infiltrado (Alex González) y la bella lugareña ceutí (Hiba Abouk), la historia del hermano traficante (Rubén Cortada) quien por cierto, es el personaje que más me ha interesado (guapo el tío ¿eh?). Ah, no hay nombres de personajes porque no me han interesado demasiado, no los recuerdo porque apenas importan, porque son planos, porque se anunciaban como interesantes pero...

No me ha gustado la exposición no narrativa de senos por doquier, cosa que, si bien no es molesta y puede resultar sin duda bella, representa lo más casposo del cine español. No sé si la aparición de bustos femeninos al aire es más narrativa en Juego de Tronos, Spartacus o Californication, pero al menos no me resulta forzado. El top less de las dos amigas en el capítulo 4 o 5, tanto monta, no tiene ninguna justificación más que eso, enseñar carne.

Y sobre todo no me ha gustado, hasta el punto de que ha sido razón suficiente para dejar la serie, lo cutre e inverosímil que resulta la explosión (es una serie sobre terrorismo, así que hagamos bien las cosas, coño) en el capítulo 7, un despropósito, penoso. Cosas del presupuesto, supongo.

Así que eso, que Tele5 ha descubierto que es líder de audiencia haciendo una serie que incluso se podría ver. A lo mejor hasta luego la puede vender a un montón de países. Así que las cosas de calidad son rentables, aha, toma esa. Si es que más vale tarde que nunca.



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