Muy contento de haber quedado finalista en este concurso de poesía tan curioso, en donde hay que participar con un romance de gusto medieval sobre los templarios, El Señor de Bembibre...
Adjunto el poema en cuestión:
1307
Errando por los caminos
van los templarios marchando,
injusticia en sus personas,
con muy mal temple expulsados
triste y penosa enfermedad
de la peste son culpados
cuando todo el mundo asola
castigo de Dios llegado.
Caminan bajo la lluvia
sus aperos arreando
cual meros bueyes de carga
sin buena patria apartados.
¡Mala suerte te concoma!
Mal rey los ha traicionado,
buenos nobles caballeros,
contra Felipe el tirano
mal galardón tenga el francés
y el intrincado Clemente,
lágrimas van derramando,
Vaticano muy cobarde
de Pedro mal recordado,
mientras portan su tesoro
de Jerusalén llegado.
Por caminos y cañadas,
van suspiros declamando,
tantos ayes lastimeros
tan tristes andan caballos,
que hasta los árboles lloran,
las flores van marchitando
callan arroyos y ríos,
tras sus silenciosos pasos
las piedras enternecidas
los lobos se quedan mansos.
Por el Bierzo se aventuran,
como ladrones tratados,
ya sin fuerzas los guerreros,
con fe pero muy entristados.
El castillo no les abren,
van las mujeres llorando
bajo mil penas de muerte,
y los niños suplicando,
al señor muestra de piedad:
“Imposible es ayudarlos
pues la ira de los reyes,
es más propia de villanos.”
Pobres viandas les arrojan
de la muralla llorando,
caballeros lo agradecen,
nunca hubo mejor cristiano,
que la hueste perseguida
y continúan marchando.
Temerosos y asustados
de camino de Santiago
derrotados y cansados,
pues semejante vileza
es corazón consternado,
y la esperanza en huida
del tesoro atribulado
en las tierras arrasadas
de peste y muerte tintado.
De montañas vigilados
y la orden en la hoguera,
hambre, sed y fuego llevan,
y penumbras avisados,
tristes caballeros sombras
sin perdón y sin pecado.
Ni en Bembibre les acogen
a muerte están condenados,
al fin del mundo caminan
de cruz roja delatados.
En penuria y en tristeza,
buscan un barco sus pasos
allende el mar quieren llegar,
el secreto han contado,
sabedores de su suerte
siglos de paz han hallado
si un buen barco puedan comprar,
y alguien que lo lleve al mando,
pobre pescador les fía
buen patrón lo han tomado.
Levan anclas sin caballos,
enarbolan las espadas,
a Dios y Hugo se encomiendan
juran volver los cruzados
a la buena noble Europa
que les ha traicionado.
Llevarán la buena nueva
tras pasar el océano,
allende el Finisterre,
nuevos pueblos y humanos,
defender la cruz y gran fe
ni en mil vidas derrotados,
sagrada aventura empieza,
el tesoro resplandece,
zarpan a ti encomendados
de buen alisio guiados.
Errando por los caminos
van los templarios marchando,
injusticia en sus personas,
con muy mal temple expulsados
triste y penosa enfermedad
de la peste son culpados
cuando todo el mundo asola
castigo de Dios llegado.
Caminan bajo la lluvia
sus aperos arreando
cual meros bueyes de carga
sin buena patria apartados.
¡Mala suerte te concoma!
Mal rey los ha traicionado,
buenos nobles caballeros,
contra Felipe el tirano
mal galardón tenga el francés
y el intrincado Clemente,
lágrimas van derramando,
Vaticano muy cobarde
de Pedro mal recordado,
mientras portan su tesoro
de Jerusalén llegado.
Por caminos y cañadas,
van suspiros declamando,
tantos ayes lastimeros
tan tristes andan caballos,
que hasta los árboles lloran,
las flores van marchitando
callan arroyos y ríos,
tras sus silenciosos pasos
las piedras enternecidas
los lobos se quedan mansos.
Por el Bierzo se aventuran,
como ladrones tratados,
ya sin fuerzas los guerreros,
con fe pero muy entristados.
El castillo no les abren,
van las mujeres llorando
bajo mil penas de muerte,
y los niños suplicando,
al señor muestra de piedad:
“Imposible es ayudarlos
pues la ira de los reyes,
es más propia de villanos.”
Pobres viandas les arrojan
de la muralla llorando,
caballeros lo agradecen,
nunca hubo mejor cristiano,
que la hueste perseguida
y continúan marchando.
Temerosos y asustados
de camino de Santiago
derrotados y cansados,
pues semejante vileza
es corazón consternado,
y la esperanza en huida
del tesoro atribulado
en las tierras arrasadas
de peste y muerte tintado.
De montañas vigilados
y la orden en la hoguera,
hambre, sed y fuego llevan,
y penumbras avisados,
tristes caballeros sombras
sin perdón y sin pecado.
Ni en Bembibre les acogen
a muerte están condenados,
al fin del mundo caminan
de cruz roja delatados.
En penuria y en tristeza,
buscan un barco sus pasos
allende el mar quieren llegar,
el secreto han contado,
sabedores de su suerte
siglos de paz han hallado
si un buen barco puedan comprar,
y alguien que lo lleve al mando,
pobre pescador les fía
buen patrón lo han tomado.
Levan anclas sin caballos,
enarbolan las espadas,
a Dios y Hugo se encomiendan
juran volver los cruzados
a la buena noble Europa
que les ha traicionado.
Llevarán la buena nueva
tras pasar el océano,
allende el Finisterre,
nuevos pueblos y humanos,
defender la cruz y gran fe
ni en mil vidas derrotados,
sagrada aventura empieza,
el tesoro resplandece,
zarpan a ti encomendados
de buen alisio guiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario