Pablo Lorente |
La Semana Santa en el Bajo Aragón en datos
A tenor de las cifras de la Semana Santa en España, también la del Bajo Aragón debería haber finalizado con un aumento en la cifra de visitantes y, por tanto, de gasto económico con respecto a la del año pasado. La Semana Santa en Andalucía ha dejado unos 500 millones de euros (un 15,6% más), Madrid un 19,4% y un 6% más en Aragón. No he podido encontrar datos del Bajo Aragón y las percepciones de mis vecinos sobre si este año había más o menos gente, o más o menos bombos son solo eso, impresiones.
Acaba de finalizar la Semana Santa. De repente, nuestra zona se llena de los hijos de los pueblos que regresan a los orígenes, aunque sea solo por unos días. Gracias a las vacaciones, a la llamada de la familia o a la tradición de los tambores y bombos, los que viven lejos, normalmente en las grandes ciudades, vienen para pasar unos días con la familia y con los amigos a los que ven un par de veces al año, y se celebra, se celebra mucho, aunque muchos no sepan ya ni qué en muchas ocasiones, pero eso no viene al caso.
Existe un interesante informe que fue publicado por la Asociación Cultural del Bajo Martín-Comuniter en 2013 que arroja algo de luz al impacto de la Semana Santa en nuestros pueblos desde diversas perspectivas, si bien las cifras son del 2012. Se trata de la obra: Impacto socioeconómico de la Ruta del tambor y bombo, realizado por Isabel Arnas Andreu y que, asimismo, está disponible en internet para el curioso: http://zaguan.unizar.es/TAZ/ECON/2012/8470/TAZ-TFM-2012-518.pdf
Hay algunos datos curiosos, como que en los nueve pueblos de la ruta vivimos unas 38.000 personas (tan poca gente me da hasta “cosica”), y que nos vienen a visitar más de 23.000, aunque en estas cifras se incluyen amigos y gente que tiene segundas residencia. La cifra de excursionistas es 5000 personas, por lo que entiendo que esa es la cifra de gente sin arraigo en la zona que viene estos días. Y es que seguimos sin playa y no sé si el ruido es suficiente atractivo si no se acompaña de otros ingredientes, en fin.
En lo económico, el gasto directo o indirecto es de tres millones y medio de euros, a lo que hay que sumar los “efectos inducidos”, es decir, que el impacto económico se puede cifrar en casi nueve millones de euros. Una verdadera inyección de dinero y de moral en la zona. Bienvenida sea.
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