- SALA DE LOS ESPEJOS, OLIFANTE, 2014.
“La Humanidad, el hombre, el ser / humano… /
Llámale como quieras, / pero el desastre siempre será el mismo” 2014: 54
Un templo han levantado en Wall Street
al poderoso dios de los mercados.
Muy a pesar del fin monoteísta,
los nuevos sacerdotes no logran acordar
los símbolos rituales del engendro:
¿El oro?
¿El dolar?
¿Todos ellos, quizá?
La solitaria norma es el poder
casi absoluto de su nuevo dios,
y en esto sí que están siempre de acuerdo
los ministros dorados del capital sin límite,
los seres implacables que invocan con sus ritos
los misterios del oro y la avaricia,
las sombras tenebrosas de la especulación. (p. 82)
“Él era el más luciente de todos los ministros,
/ el más dulce de todos los oradores, / el tribuno ejemplar. Hoy es el menos
locuaz de los presos comunes”, 2014: 49
“¿Qué criterios emplea el poeta Falerno / para
confecciona su densa antología / de poesía actual? / Uno y solamente uno: que
los seleccionados, / aunque es harto difícil, / sean peores que el poeta
antólogo”. 2014: 35
No hay comentarios:
Publicar un comentario